Tomado de EL TIEMPO
A ellos se une la semblanza que hace Rueda sobre el secuestro de Álvaro Gómez Hurtado, que, según ella, complementa el panorama.
"Me detuve en el capítulo de su secuestro porque en él encontré un formidable duelo de dos poderes que tienen que estar en un libro: periodismo vs. poder. El duelo del poder de las armas contra el poder del pensamiento y de las palabras".
A través de estas páginas, los entrevistados cuentan cómo vivieron momentos como la toma del Palacio de Justicia, la era del M-19, los diálogos del Caguán, el paramilitarismo y las dos presidencias de Álvaro Uribe.
Además, su libro no está exento de aquellos chismes históricos sobre las familias más poderosas del país.
¿Por qué estos cinco nombres y no otros?
Porque esos son los cinco grandes periodistas de la generación que a mí me tocó vivir. Aunque Álvaro Gómez se sale de los términos estrictos de ser un periodista de mi generación, sí fue mi maestro. Mi visión del periodismo y del país empieza por los ojos de él. Los demás han sido, todos, mis maestros, con excepción de Gossaín, que es maestro de la vida, nunca he compartido con él ningún puesto, como sí lo hice con Felipe, con Yamid y con Enrique, que fue socio mío en el Noticiero QAP.
En la entrevista con Enrique Santos, él le cuenta que está escribiendo un libro. ¿De qué se trata?
Es un libro sobre su vida, sus memorias, es un personaje privilegiado en los aconteceres de Colombia; los ha vivido no solamente desde su oficio de periodista, sino que se ha movido en un espectro ideológico muy interesante, que le permite en esta etapa de su vida tener una gran madurez de sus conocimientos.
Me dediqué a esculcarle esa madurez y le agradezco mucho, realmente, porque pienso que pudo haberse 'autochiviado' en algunas cosas que me dijo, pero lo hizo con una gran generosidad, que quiero resaltar ahora.
Usted comenta que Yamid Amat siempre tiene la pregunta indicada. ¿En dónde radica su secreto?
En una infinita alma reporteril que tiene Yamid, que es única, que es envidiable y que si uno le ha aprendido una milésima parte de lo que él tiene para enseñar de su espíritu de reportero, se aprende a saber cuándo está al frente de una noticia.
¿Con qué Enrique Santos y Juan Gossaín se encontró, ahora sin el afán de la noticia?
Juan Gossaín está sereno y sobre todo está haciendo lo que él es: un escritor que estuvo prestado 30 años al periodismo y ha recuperado su vocación. A Enrique lo encuentro meditabundo y muy a la expectativa de lo que pueda suceder con su hermano Presidente, pues él ha quedado en una situación de sándwich: no puede ejercer el periodismo, pero, desde luego, no le pueden ser indiferentes las cosas que están pasando.
Por primera vez, Gossaín habla de su sucesor en la dirección de RCN. ¿Qué le dijo de Francisco Santos?
Lo ha oído y tiene unas consideraciones que encontrarán en el libro.
¿Cómo definiría a Felipe López?
Felipe es el hombre que tiene la visión más insospechada de los hechos, que lo obliga a uno a repensar las cosas que pasan.
Cuando uno está frente a Felipe López sabe que no va a oír nada obvio.
¿Es verdad que Felipe López no lee 'Semana'?
En el libro lo confirma.
A ellos se une la semblanza que hace Rueda sobre el secuestro de Álvaro Gómez Hurtado, que, según ella, complementa el panorama.
"Me detuve en el capítulo de su secuestro porque en él encontré un formidable duelo de dos poderes que tienen que estar en un libro: periodismo vs. poder. El duelo del poder de las armas contra el poder del pensamiento y de las palabras".
A través de estas páginas, los entrevistados cuentan cómo vivieron momentos como la toma del Palacio de Justicia, la era del M-19, los diálogos del Caguán, el paramilitarismo y las dos presidencias de Álvaro Uribe.
Además, su libro no está exento de aquellos chismes históricos sobre las familias más poderosas del país.
¿Por qué estos cinco nombres y no otros?
Porque esos son los cinco grandes periodistas de la generación que a mí me tocó vivir. Aunque Álvaro Gómez se sale de los términos estrictos de ser un periodista de mi generación, sí fue mi maestro. Mi visión del periodismo y del país empieza por los ojos de él. Los demás han sido, todos, mis maestros, con excepción de Gossaín, que es maestro de la vida, nunca he compartido con él ningún puesto, como sí lo hice con Felipe, con Yamid y con Enrique, que fue socio mío en el Noticiero QAP.
En la entrevista con Enrique Santos, él le cuenta que está escribiendo un libro. ¿De qué se trata?
Es un libro sobre su vida, sus memorias, es un personaje privilegiado en los aconteceres de Colombia; los ha vivido no solamente desde su oficio de periodista, sino que se ha movido en un espectro ideológico muy interesante, que le permite en esta etapa de su vida tener una gran madurez de sus conocimientos.
Me dediqué a esculcarle esa madurez y le agradezco mucho, realmente, porque pienso que pudo haberse 'autochiviado' en algunas cosas que me dijo, pero lo hizo con una gran generosidad, que quiero resaltar ahora.
Usted comenta que Yamid Amat siempre tiene la pregunta indicada. ¿En dónde radica su secreto?
En una infinita alma reporteril que tiene Yamid, que es única, que es envidiable y que si uno le ha aprendido una milésima parte de lo que él tiene para enseñar de su espíritu de reportero, se aprende a saber cuándo está al frente de una noticia.
¿Con qué Enrique Santos y Juan Gossaín se encontró, ahora sin el afán de la noticia?
Juan Gossaín está sereno y sobre todo está haciendo lo que él es: un escritor que estuvo prestado 30 años al periodismo y ha recuperado su vocación. A Enrique lo encuentro meditabundo y muy a la expectativa de lo que pueda suceder con su hermano Presidente, pues él ha quedado en una situación de sándwich: no puede ejercer el periodismo, pero, desde luego, no le pueden ser indiferentes las cosas que están pasando.
Por primera vez, Gossaín habla de su sucesor en la dirección de RCN. ¿Qué le dijo de Francisco Santos?
Lo ha oído y tiene unas consideraciones que encontrarán en el libro.
¿Cómo definiría a Felipe López?
Felipe es el hombre que tiene la visión más insospechada de los hechos, que lo obliga a uno a repensar las cosas que pasan.
Cuando uno está frente a Felipe López sabe que no va a oír nada obvio.
¿Es verdad que Felipe López no lee 'Semana'?
En el libro lo confirma.
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