"No se podría enumerar las infinitas historias que se pueden llegar a tener y compartir en la comuna 18 de Cali..." En aquel instante cuando visité a Nancy sentí cómo si en su hogar faltara algo muy importante; percibí en los ojos de aquella mujer emociones cargadas de tristeza, soledad, abandono consigo misma. Al entrar a su casa descubrí que había dos habitaciones: un salón saturado con electrodomésticos deteriorados, un cuarto que consta de cocina, patio y baño. Ella tiene dos hijos quienes comparten la misma habitación, desde la distancia observé un camarote con las cobijas sobre suelo, un computador antiguo, los zapatos y la ropa estaban tirados en el piso, sobre un mueble roto tenían un par de libros. Pedro, el hijo menor de Nancy con una sonrisa tímida retiró los libros de aquel mueble, me pidió que me sentara ofreciéndome una bebida, al rato comenzó a platic