“Estudiar hace que
me sienta más viva, despierta y rejuvenecida”
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El estudio, la familia, las responsabilidades pueden ser un gran
reto, pero utilizando nuestra capacidad todo es posible. La sicóloga Pilar
Sorodo dice en: “El mundo emocional de los hombres” que los hombres son más estructurales
y se centran más en los objetivos, en cambio las mujeres valoran más los
procesos como es el caso de María Isabel.
A las cinco de la mañana cuando
los típicos vientos parecen más serenos y fríos que a cualquier hora de Cali.
Se despierta María Isabel a diario para empezar la jornada repleta de
quehaceres como preparar comida, almacenar, cuidar y hacer la limpieza diaria
de la casa.
María Isabel nació en un pequeño pero hermoso lugar llamado
Sotomayor–Nariño. A los 14 años dejó su hogar para vivir en Pasto y trabajar en
casas de familia; con mucha nostalgia recuerda haber recibido malos tratos y
humillaciones.
“En mi juventud trabajé en casas
de familia, para mis jefes yo era un motivo de burla, muchas veces me sentí ser
tratada cómo un objeto, soporté malos tratos y humillaciones, estudié hasta el
grado séptimo de bachillerato, a los 24 años me casé y formé un hogar, no tenía
dinero, por eso perdí el interés y el ánimo para terminar mis estudios. A pesar de todo mi sueño siempre fue ser
profesora de español en la escuela primaria” dice María Isabel quien cada
mañana recordaba su pasado.
Pero nunca es tarde para
aprender, así piensa ella, quien a los
51 años tomó una decisión de volver al colegio y finalizar aquella meta que de
joven había dejado sin concluir. Hoy su
mirada transmite un brillo y satisfacción al relatar su historia:
“Al principio no me atrevía volver al colegio, cualquier excusa era
válida para aplazar los estudios, como por ejemplo soy demasiado vieja, no tengo
dinero, descuido mi hogar. Pero el apoyo de mi esposo, mis hijos y algunas
amistades me motivaron para seguir preparándome. Nunca me he sentido
discriminada pues veo que la gente me respeta. Ahora aprecio cada instante con
mis compañeros, valoro desde las preocupaciones por los exámenes hasta las
conversaciones y recochas con los demás. Todo esto hace que me sienta más viva,
despierta y rejuvenecida, pero cuando pienso que me faltan dos meses para
terminar me da mucha nostalgia…”
Más tarde María Isabel concluyo
así:
“Para muchas personas presentar las pruebas icfes era un motivo para
preocuparse y para otras consideraban este hecho cómo “normal”. Pero para mí aquella tarde cuando presenté el examen Icfes significó un reto más,
por esto me sentí llena de energía y vitalidad. Tomar la iniciativa de volver
al colegio no es tan difícil si olvidamos todos los mitos y creencias
limitantes; lo importante no es tener un titulo si no progresar, adquirir conocimiento
y descubrir una forma diferente de interpretar la vida”.
A las seis de la tarde cuándo la
luz del sol va disminuyendo paulatinamente, María Isabel recorre las calles de
Cali en el barrio Prados del sur con rumbo al colegio Politécnico Municipal con
sede Buenos Aires. Allí se reencuentra con todos sus amigos, profesores a vivir
la experiencia que le causa gran felicidad.
Aunque ella se encuentra al borde
de finalizar la secundaria, a los 53 años sueña
con aprender una carrera que le permita educar y compartir su
conocimiento con los demás. El estudio le ha servido para instruirse, de esta
manera ha ido descubriendo su creatividad. En ocasiones ocupa su tiempo libre
para tejer bolsos en material Cola de rata y ha planeado fundar una empresa de sus propias
creaciones.
FOTOS DE SUS CREACIONES:
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Comentarios
Por eso invito a la juventud (catalogadas como mas activas) a que valoren esa etapa del colegio, que no asistan a una institución educativa por calentar una silla o por que bonito que se me ve el uniforme....sino que asistan con la plena convicción de que es algo que edificara su manera de pensar, la manera de ver y afrontar la vida real.
ES un gran articulo, que invita a reflexionar sobre el valor de la buena educación.