“Buscamos la solidaridad
no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra
América cumpla su misión universal”. José Martí
Redacción: Isabella Gualteros
Redacción: Isabella Gualteros
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Foto: Magazin Mi Gente |
En tiempos de crisis y
con la extensión del Aislamiento
Preventivo Obligatorio por el COVID-19,
las ollas comunitarias han permitido inspirar acciones de solidaridad y
generosidad para la población más desfavorecida. Pero, olvidamos que existe un
sector muy discriminado, lleno de prejuicios, donde se les trata de forma
peyorativa e incluso se les tiene temor: las personas en condición de calle.
Información
2019
Teniendo en cuenta el
Censo realizado por el Dane durante el 2019 “…se recorrieron las cinco ciudades
principales y sus Áreas Metropolitanas, con el fin de recolectar información
estadística acerca de las características demográficas generales de la
población habitante de la calle” (Dane, Censo habitantes de la calle, 2020).
Es por ello que, teniendo
en cuenta las cifras del Dane, solo hasta el año 2019 en Cali existen 4.749 habitantes de calle censados. El 87,9 %
son hombres y el 12,1 % son mujeres. (Dane, Censo habitantes de la calle, 2020)
De esta manera, Mi Parche, Tu Parche tuvo la
oportunidad de visitar el Barrio Sucre popularmente conocido como “la olla”, una zona vulnerable en el
centro de Cali, donde se conoce de cerca la realidad de hambre y carestía que
viven, en su mayoría, las personas en situación de calle, un sector de
deterioro y donde se percibe un aire de tristeza.
Pero, donde hay fe hay
esperanza y es aquí donde empieza a abundar la gratitud de estas personas
gracias a los esfuerzos que realiza la Fundación
LA OLLA DE MI BARRIO, más humanos menos indiferencia”, una organización sin
ánimo de lucro de la ciudad de Cali fundada en el año 2013 por Alexander
Rentería o como mejor prefiere que le llamen “Alex”.
Alex es un contador que
desde hace 7 años viene trabajando arduamente en este proyecto solidario para
las personas en condición de calle. Gracias a su aporte humanitario y el apoyo voluntario
de distintas personas que quieran “contribuir con su granito de arena”, realizan
la entrega de almuerzos para personas que viven en estas circunstancias de
pobreza y por lo tanto, se encuentran más afectadas por la cuarentena.
Aunque su fundación
cuenta con pocos recursos económicos, realizan la entrega de ayudas
alimentarias en promedio para 200 o 300 personas cada 8 días, bajo todas las
normas bioseguridad. Pero, más que su generosidad por contribuir a una de sus
necesidades más básicas, Alex difunde por medio de la red social Facebook un
mensaje de solidaridad, amor y respeto entre los seres humanos. Un mensaje
donde su premisa está en reconocer la dignidad humana, el reconocimiento de sus
capacidades y la reducción del estigma social. Pues para él, la indiferencia es
peor que el virus.
Para Alex no ha sido una
tarea fácil llevar alimentos a este grupo poblacional durante todos estos años,
por ello, piden ayuda por medio de donaciones para así poder abastecerse y dar
de comer a quienes más lo necesitan. Su interés no se basa en pedir dinero,
solo clama más humanidad y respeto hacia “los más olvidados”.
Te invitamos a ver este
especial de Magazín MI GENTE
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